Neuroderechos y el rol de Chile
Desde hace más de 2000 años los médicos han tratado de entender el funcionamiento de nuestro cuerpo. En los últimos años gracias a los importantes avances en la tecnología se ha logrado entender, comprender y adelantarnos al tratamiento de diversas dolencias que en el pasado condicionaban la vida de una persona. El avance de la tecnología, la ciencia y la medicina ha sido tal que el umbral que estábamos señalando previamente se ha sobrepasado, poniendo como horizonte el entendimiento del cerebro humano, a través del desarrollo de las neurociencias.
La neurociencia ha ido tomando cada vez más fuerza estas últimas décadas, materializando importantes avances que ayudan al tratamiento de enfermedades como el Parkinson o el alzheimer. Por otro lado se han desarrollado prótesis para que una persona pueda mover brazos o piernas solo con órdenes cerebrales, con el norte de mejorar sustancialmente la calidad de vida.
Hoy tenemos a grandes entidades trabajando en el campo de la neurociencia, como lo es por ejemplo, el empresario Elon Musk, el Doctor Rafael Yuste del proyecto Brain, hasta el mismísimo Mark Zuckerberg con su empresa ahora denominada Meta. Facebook, ahora Meta, lleva desde el año 2017 trabajando en el desciframiento de la actividad cerebral a través de una interfaz no invasiva. Su meta es a través del entendimiento de la actividad cerebral poder escribir en una computadora sin la necesidad de teclear, en otras palabras conectar el cerebro humano con una interfaz que contenga un hardware y software, que le permita manifestar ideas sin ayuda del aparato motriz.
Sin duda, los avances en estas materias traen consigo importantes ayudas para el ser humano en el futuro
Ciertas decisiones que las personas tomen a futuro, teniendo acceso al cerebro de ellos, podrían quedar condicionadas a decisiones de algoritmos programados, inclinado su impulso en una dirección en desmedro de la otra, una práctica que puede ver con especial interés el comercio y la publicidad. Si ya por medio de algoritmos las actuales redes sociales pueden adecuar la publicidad del mercado de acuerdo a nuestros gustos, o bien, determinada publicidad electoral de acuerdo a nuestras preferencias políticas, el neuocientifico Rafael Yuste, señala que ello también podría ocurrir a nivel cerebral. Yuste, que ya ha estado varias veces en Chile, en el año 2019 y en el marco del CongresonFuturo, puso nuevamente sobre la mesa la disyuntiva que estamos conversando. Sus alcances y observaciones han sido conversadas con destacados personeros del mundo de la academia, como el rector Ignacio Sanchez de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Trasladándose este debate al Congreso Nacional a través de la comisión que tiene el Senado de la República denominada “Desafíos del Futuro” La comisión “ Desafíos del Futuro”, está compuesta por los Senadores(as), Francisco Chahuán, Juan Antonio Coloma, Alfonso De Urresti, Guido Girardi y Carolina Goic, que a la fecha ha sesionado más de 22 veces abordando más de una docena de temas, entre ellos la neurociencia y neurotecnología. En esta comisión se ha analizado la necesidad de adelantarse a la masificación de la tecnología que logra descifrar e interpretar las ondas cerebrales, ante la eventual vulneración de la individualidad de las personas. Es ahí donde comenzamos hablar de los Neuroderechos o la neuroprotección.
Lo anterior se ha plasmado en un proyecto de ley con número 13828-19 de Senado, de 7 de octubre de 2020 denominado; “Sobre la protección de los neuroderechos y la integridad mental, y desarrollo de la investigación y las neurotecnologías) En el, se recogen varias de las recomendaciones que se han realizado por el ya mencionado Doctor Yuste, quien con Sara Goering “han liderado, a través del Mornigside Group, las propuestas más consensuadas y avanzar sobre cómo debemos enfrentarnos a los riegos aparejados al magnífico descubrimiento del cerebro humano, y han puesto el acento en la necesidad de desarrollar las ciencia en un marco regulatorio que reconozca nuevos derechos humanos: El derecho a la privacidad mental (datos cerebrales de las personas), Derecho a la identidad y autonomía personal, Derecho al libre albedrío y autodeterminación, Derecho al acceso equitativo a la aumentación cognitiva (Para evitar producir inequidades), Derecho a la protección de sesgos de algoritmos o procesos automatizados de toma de decisiones”.
Además del citado proyecto de ley, encontramos un proyecto de Reforma Constitucional número 13827-19 del Senado, de 7 de octubre de 2020 que,”Modifica el artículo 19 n°1, de la Carta Fundamental, para proteger la integridad y la indemnidad mental con relación al avance de las neurotecnologías”. A finales del 2020 este proyecto fue aprobado por la unanimidad del Senado. Desde septiembre de 2021 queda solo en manos del la Camara de Diputados para su aprobación y para su posterior promulgación por parte del Presidente de la República, dejando a Chile como pionero en proteger la integridad mental a raíz de los avances de la neurociencia. En palabras de Miguel Ángel Moratinos de Alianza de Civilizaciones de la ONU, Chile sería un referente para otros países en la protección de estos derechos, además de servir como ejemplo para materializarlos en la Declaración Universal de Derechos Humanos.